C/ Plocia, 711005 Cádiz
956 253 613
Es uno de los restaurantes con mas solera y tradición de Cádiz que fusiona la cocina vasca con la andaluza con un resultado conseguido.
Situado junto a la antigua fábrica de tabacos, actualmente Palacio de Congresos, junto a la iglesia de Santo Domingo, morada de la Patrona de Cádiz, ha sido reformado recientemente, cosa que, a mi parecer, ha hecho que pierda el encanto de antaño.
Antes de la reforma este restaurante era el típico restaurante de decoración rancia y trasnochada en el que, si no era porque lo conocías o te habían aconsejado, no entrarías. Es por ello que me merece todos los respetos, porque es un restaurante que se ha labrado su prestigio a base de golpes de su buena cocina y su compromiso con la calidad de sus matérias primas.
Antes de la reforma este restaurante era el típico restaurante de decoración rancia y trasnochada en el que, si no era porque lo conocías o te habían aconsejado, no entrarías. Es por ello que me merece todos los respetos, porque es un restaurante que se ha labrado su prestigio a base de golpes de su buena cocina y su compromiso con la calidad de sus matérias primas.
Tras la reforma, el restaurante gana en decoración y en confort, aunque, la verdad, los platos no me saben igual. Ello no significa que no sea un restaurante de obligada visita si rondas por la tacita de plata, es un lugar obligado de peregrinación.
Entre sus platos, por mi preferidos, puedo hablaros de su merluza a la vasca, que la hacen como nadie en Cádiz, los chipirones en su tinta acompañados de arroz, las anchoas del Cantábrico con aceite de oliva o los morrillos de atún. Son famosas sus kokotxas de merluza o de bacalao, aunque a mi las de merluza que comí la última vez no me entusiasmaron demasiado.
Su bodega es suficiente, sin demasiados alardes, aunque, según dicen, es el único sitio de Cádiz donde se puede tomar un txacoli servido en condiciones.
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