LUCES Y SOMBRAS CHINESCAS.

Al calor de ser una de las grandes potencias mundiales, de que los paises occidentales realicen genuflexiones ante su poderío económico, parece que todo lo que se oye de China es positivo y esperanzador. Quizá desde dentro "no pinten" tan bien las cosas.

En plena celebración del mundial de F1 suceden en China acontecimientos más sombrios.

Ai Weiwei es Chino. Ai Weiwei es artista. Quizá este sea el problema. Podría ser una semilla más de porcelana de la sociedad china pero no, no gira guiado por la ubicación del astro solar.

El poder siempre se ha sentido tentado a emplear el arte como un instrumento a su servicio. Hay artistas que han tenido la habilidad de mostrar una famélica caricatura del poder sin llegar a incomodar, quizá porque la interpretación de sus trabajos ha mutado con el paso de las generaciones, siendo entendida mucho tiempo después de su realización. Hay otros artistas que aún gozando de esa sutilidad se han topado con sistemas más opresores que han vulnerado su libertad y en muchos casos su integridad física. Mencionar a alguno de estos mártires sería discriminar a tantos anónimos que prefiero evitarlo.

También tiene interés analizar que el arte, cuando no está solo cargado de estética complaciente, cuando a su programa añade el sentido del compromiso, la necesidad de proyectar una imagen de su contexto sin complacencias (troppo vero, como El papa Inocencio X exclamó cuando Velázquez terminó su retrato), se convierte en un agente incómodo, perturbador, desatado, que el poder no puede tolerar.

Quizá habrá quien piense que no solo en China, sino que en toda la esfera acontecen diariamente luctuosas vulneraciones de la libertad y de los derechos humanos. Es cierto. Y la vida de Ai Wei Wei no es más importante que la de cualquier otro. Sin embargo, debemos entender que estos actos, cuando son dirigidos con calibrada precisión contra los más altos intelectos de la especie humana, son delitos contra el pensamiento universal; son daños irreparables a nuestro universo de conocimiento, de saber; entes capaces de volcar nuestra percepción del mundo que son censurados o eliminados como si de una amenaza se tratara.

Esperamos que Ai wei wei no haya sido una víctima más de la cómoda elección de la seguridad sobre la libertad de los estados. Desde el 2008 hasta hoy han sucedido acontecimientos tan dispares como los que se enumeran:

2007. el artista fue llamado a colaborar en el famoso estadio llamado “El Nido” construido para las Olimpiadas. En el 2008 su blog fue censurado por el gobierno, realmente en China facebook, los blogs y los buscadores si no están prohibidos si que están sumamente reprimidos y controlados; en 2010 se le impidió asistir a la entrega del Premio Nobel de la Paz a su compatriota chino Liu Xiaobo y se le prohibió abandonar su país desde entonces; se destruyó su estudio y todo el material que había en su interior fue requisado; el pasado día 3 fue arrestado, al parecer por delitos económicos. La perplejidad de las instituciones internacionales ante estos actos es respondida por el gobierno chino con indiferencia y arrogante autoridad.

Entre Medusa y Narciso deambulan estos senderos, demasiado transitados por desgracia.

En los últimos días numerosos medios de comunicación occidentales están siguiendo con entusiasmo la noticia. La Tate Modern de Londres, donde el artista expuso el pasado año, ha puesto en marcha una iniciativa de recogida de firmas para la liberación del artista. Sobre la fachada de la Tate, se despliega un pendón que reivindica su libertad. También el Guggenheim de NY se ha sumado a la iniciativa.